Dos relatos de dos
ocasiones en las que algunos de los protagonistas éramos los mismos:
Agosto
de 1970,
los franceses están en Armilla y como siempre organizan salidas a la playa, al
río o al cortijo, hoy toca subir a la sierra. Van en dos coches, el de Manolo
en el que además de su familia va el abuelo Manuel y el de Valentín al que se
ha sumado su sobrino Antonio. La carretera tiene muchas curvas.
-Mamá, comment on dit roche
en espagnol? – A los niños les gusta el
paisaje.
-Roca Joaquín. Valentín ¿No
pues poneh otra música?
-Es Manolo Caracol, Trini,
flamenco del mejoh - A Valentín le gusta el cante jondo, Trini lo detesta.
-¿Y por qué hay tantas? – a
Joaquín le sorprende la geología.
-Porque estamos en la
sierra.
-Tita ¿Queda mucho?
-No Antonio ¿Eh que te pasa
argo?
-Eh questoy mareao, tengo
ganas de devolver.
-Para Valentín quel
chiquillo está mareao y por favor, esa música.
Paran en el
arcén y se bajan, Antonio comienza a vomitar y Trini le pone un paño húmedo en
la cabeza. Joaquín, mientras tanto,
recoge piedras.
-Tú no te preocupes, que no
seguimos hasta que no te encuentres mejoh. Niños, no suh acerquéis a la
carretera que suh pue pillar un coche.
- Yastoy bien tita.
-Bueno, poh amoh que ya
quea poco. ¿A dónde vah tan cargao Joaquín?
-Es que me gustan mamá.
Siguen la
marcha pero a los pocos kilómetros, Antonio se siente otra vez mal
-Tita tengo ganas de
devolver otra vez.
-Valentín para y quita esa
música por Dios.
-Pero si son martinetes
-Ni martinetes ni leche, ¡Cómo
me nerviah!
Paran y
cuando el niño se siente mejor, continúan. Al poco rato, otra vez el mareo y
más piedras para Joaquín.
-Antonio ahora te vah a
montar adelante conmigo.
-Si tita
Prosiguen la
subida, a la altura del monumento a la Virgen de las Nieves, paran y descansan
un rato, el aire es frío, menos mal que
han traído ropa.
-Valentín mira qué imagen
tan bonica de la Virgen, la úrtima vez que subimos nostaba.
-Eh que la pusieron hace
tres o cuatro años.
-Niños poneros la chaqueta
cace frío, mirah que cerca tenemos la nieve.
-¿Podremos tocarla mamá?
-Poh claro y jugar con
ella. Vamos hacer un muñeco como los cacemos en Francia.
Llegando al
final de la carretera, al coche de Manolo le cuesta trabajo realizar la
combustión y tienen que parar varias veces. Antonio sigue vomitando. Por fin
llegan a la cumbre del Veleta, hay nieve y a los niños les hace mucha ilusión,
se bajan del coche precipitadamente y juegan con ella, Joaquín llena una
botella para llevársela. Trini y Encarnita despliegan un mantel sobre el que
preparan toda la comida que han traído y comen, después se hacen las fotos
pertinentes y vuelta para Armilla.
Antonio
continúa con su mareo, Joaquín cargado de piedras, Valentín con sus martinetes
y Trini protesta por el flamenco y atiende al niño. A pesar de todo ha sido una
jornada inolvidable.
Verano de 2015, Es
temprano cuando salimos hacia la sierra, la cosa ha cambiado mucho desde
entonces, la primera vez éramos críos y ahora casi todos tenemos canas.
Café
y tostada en el restaurante el Mirador de Güejar Sierra y visita al Centro de
Visitantes El Dornajo, ilustrativa maqueta sobre el parque, otra sobre el
tranvía de la sierra y preciosa exposición sobre los visitantes románticos del
XIX.
Subida hacia el Jardín Botánico de La Hoya de Pedraza.
Recorrido de dos horas por una muestra de la vegetación de Sierra Nevada,
serbales, robles, encinas, incluso abedules, además de la flora más exclusiva
de la sierra: manzanilla real, zamárraga, genciana. ... Son los guías de la
empresa Sierra Nevada Natural los que nos han realizado el recorrido por
ambos equipamientos.
Hace calor, continuamos en coche hacia Los
Albergues, en el Universitario comemos y después del café, nos montamos en el
microbús, es el Servicio de Interpretación de Altas Cumbres del Parque
Nacional, una buena idea para acercarse a la zona más alta de la sierra
asequible a todo el mundo.
Nos
acompaña una guía, Inma de la empresa Nevadensis, que con sus explicaciones nos hace entender
el por qué de la protección de la sierra, nos habla de geología, de fauna, de
cómo la existencia de este servicio ha mejorado la visita al parque ya que se
ha evitado la masificación de coches que antaño subían hacia el Veleta.
A la derecha un valle totalmente modificado por las
instalaciones de la estación de esquí, a la izquierda la cabecera del río San
Juan con todos sus borreguiles verdes, gran contraste entre los dos.
El autobús nos deja a más de tres mil metros de
altura, y en un cómodo recorrido de poco más de dos horas hacemos una circular
por los alrededores, primero hacia el collado de La Carihuela, después subida a
la cumbre del Veleta y a continuación bajada hacia la parada del SIAC.
Está atardeciendo cuando bajamos. Espectaculares
paisajes aunque, según hacia donde mires, bastante modificados desde la primera
vez.
Estupendo día de reencuentro familiar, muy distinto
a cuando éramos niños, se podría decir que ahora hay más color y no sólo en las
fotografías.
Estupendo relato. Nos ha gustado mucho, y las fotos tambien. Enhorabuena.
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