miércoles, 8 de julio de 2015

Al Veleta con 45 años de diferencia

Dos relatos de dos ocasiones en las que algunos de los protagonistas éramos los mismos:

Agosto de 1970, los franceses están en Armilla y como siempre organizan salidas a la playa, al río o al cortijo, hoy toca subir a la sierra. Van en dos coches, el de Manolo en el que además de su familia va el abuelo Manuel y el de Valentín al que se ha sumado su sobrino Antonio. La carretera tiene muchas curvas.
-Mamá, comment on dit roche en  espagnol? – A los niños les gusta el paisaje.
-Roca Joaquín. Valentín ¿No pues poneh otra música?
-Es Manolo Caracol, Trini, flamenco del mejoh - A Valentín le gusta el cante jondo, Trini lo detesta.
-¿Y por qué hay tantas? – a Joaquín le sorprende la geología.
-Porque estamos en la sierra.
-Tita ¿Queda mucho?
-No Antonio ¿Eh que te pasa argo?
-Eh questoy mareao, tengo ganas de devolver.
-Para Valentín quel chiquillo está mareao y por favor, esa música.
Paran en el arcén y se bajan, Antonio comienza a vomitar y Trini le pone un paño húmedo en la cabeza. Joaquín, mientras tanto,  recoge piedras.
-Tú no te preocupes, que no seguimos hasta que no te encuentres mejoh. Niños, no suh acerquéis a la carretera que suh pue pillar un coche.
- Yastoy bien tita.
-Bueno, poh amoh que ya quea poco. ¿A dónde vah tan cargao Joaquín?
-Es que me gustan mamá.
Siguen la marcha pero a los pocos kilómetros, Antonio se siente otra vez mal
-Tita tengo ganas de devolver otra vez.
-Valentín para y quita esa música por Dios.
-Pero si son martinetes
-Ni martinetes ni leche, ¡Cómo me nerviah!
Paran y cuando el niño se siente mejor, continúan. Al poco rato, otra vez el mareo y más piedras para Joaquín.
-Antonio ahora te vah a montar adelante conmigo.
-Si tita
Prosiguen la subida, a la altura del monumento a la Virgen de las Nieves, paran y descansan un rato,  el aire es frío, menos mal que han traído ropa.
-Valentín mira qué imagen tan bonica de la Virgen, la úrtima vez que subimos nostaba.
-Eh que la pusieron hace tres o cuatro años.
-Niños poneros la chaqueta cace frío, mirah que cerca tenemos la nieve.
-¿Podremos tocarla mamá?
-Poh claro y jugar con ella. Vamos hacer un muñeco como los cacemos en Francia.
Llegando al final de la carretera, al coche de Manolo le cuesta trabajo realizar la combustión y tienen que parar varias veces. Antonio sigue vomitando. Por fin llegan a la cumbre del Veleta, hay nieve y a los niños les hace mucha ilusión, se bajan del coche precipitadamente y juegan con ella, Joaquín llena una botella para llevársela. Trini y Encarnita despliegan un mantel sobre el que preparan toda la comida que han traído y comen, después se hacen las fotos pertinentes y vuelta para Armilla.

Antonio continúa con su mareo, Joaquín cargado de piedras, Valentín con sus martinetes y Trini protesta por el flamenco y atiende al niño. A pesar de todo ha sido una jornada inolvidable.






Verano de 2015, Es temprano cuando salimos hacia la sierra, la cosa ha cambiado mucho desde entonces, la primera vez éramos críos y ahora casi todos tenemos canas.


Café y tostada en el restaurante el Mirador de Güejar Sierra y visita al Centro de Visitantes El Dornajo, ilustrativa maqueta sobre el parque, otra sobre el tranvía de la sierra y preciosa exposición sobre los visitantes románticos del XIX.



Subida hacia el Jardín Botánico de La Hoya de Pedraza. Recorrido de dos horas por una muestra de la vegetación de Sierra Nevada, serbales, robles, encinas, incluso abedules, además de la flora más exclusiva de la sierra: manzanilla real, zamárraga, genciana. ... Son los guías de la empresa Sierra Nevada Natural los que nos han realizado el recorrido por ambos equipamientos.


Hace calor, continuamos en coche hacia Los Albergues, en el Universitario comemos y después del café, nos montamos en el microbús, es el Servicio de Interpretación de Altas Cumbres del Parque Nacional, una buena idea para acercarse a la zona más alta de la sierra asequible a todo el mundo.



Nos acompaña una guía, Inma de la empresa Nevadensis,  que con sus explicaciones nos hace entender el por qué de la protección de la sierra, nos habla de geología, de fauna, de cómo la existencia de este servicio ha mejorado la visita al parque ya que se ha evitado la masificación de coches que antaño subían hacia el Veleta.

A la derecha un valle totalmente modificado por las instalaciones de la estación de esquí, a la izquierda la cabecera del río San Juan con todos sus borreguiles verdes, gran contraste entre los dos.



El autobús nos deja a más de tres mil metros de altura, y en un cómodo recorrido de poco más de dos horas hacemos una circular por los alrededores, primero hacia el collado de La Carihuela, después subida a la cumbre del Veleta y a continuación bajada hacia la parada del SIAC.






Está atardeciendo cuando bajamos. Espectaculares paisajes aunque, según hacia donde mires, bastante modificados desde la primera vez.


Estupendo día de reencuentro familiar, muy distinto a cuando éramos niños, se podría decir que ahora hay más color y no sólo en las fotografías.