lunes, 2 de marzo de 2015

En el vergel de Bérchules

Este fin de semana lo pasamos en la Alpujarra, disfrutando como antiguos romanos o más bien como reyes nazaríes dado el lugar elegido.


Buena comida, spa, sol y naturaleza pero de forma relajada ¿Dónde?, En el mejor sitio, en el Complejo Turístico El Cercado, en Bérchules.



Llegada sábado tarde, ocupamos un apartamento típico, café y al spa. Relajante tratamiento acuático y el mejor masaje imaginable.





Exquisita cena y charla con Salvador, el propietario. Nos recomienda la visita en verano para la celebración del fin de año, curioso, lo anotamos. Nos habla de la posibilidad de usar la tarjeta del Club de Amigos para que simplemente recomendando el lugar, nos pueda salir gratis la estancia.




Por la mañana desayuno frugal y ruta históricosenderista. Nos vamos para el sendero del río Grande. Bonito pueblo de calles moriscas.



En una fuente coincidimos con un grupo de la ONCE, que acompañados por guías y voluntarios del parque, harán parte de la ruta que nosotros.


Nos aprovechamos de la información que oímos, les hablan de las acequias, de antiguos cultivos de moreras, de pájaros... 


Tomamos nota de esta poesía de Francisco Vida, un montañero profesor

 ACEQUIAS

Corrientes generosas de aguas claras,
veredas de cristal, sendas fluidas,
regalo que las cumbres ateridas
escatimaron en invierno, avaras.

Testimoniad con risas y algazaras
que las aguas de abril bajan crecidas;
ofreced a los campos nuevas vidas,
regad los tomillares y las jaras. 

Arterias de la sierra, mi destino
está donde nació vuestro camino.
Parto feliz de nieves y pizarras. 

Allí podré, volviendo atrás la vista,
contemplar el caudal que reconquista
y cubre de verdor las Alpujarras.


Llegamos a la junta del río Chico con el río Grande, hay restos musulmanes y en los tajos próximos, llamados del Reyecillo, nos cuentan que fue abatido Abén Aboo, el último líder de la rebelión de los moriscos.



Ellos se quedan aquí, nosotros continuamos, hay un pinar con una empinada vereda, después pasamos por la ermita de Cortes.



Bajada por la escarihuela, las vistas del pueblo inmejorables, bosque de alisos en el cruce del río.


Exquisita comida de carne a la brasa, especialidad de la casa, por algo el restaurante tiene el certificado  “Abrasador”.




Si hubiese estado peleado con mi pareja, seguro que con esta experiencia la hubiera reconquistado.

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